(Crónica publicada en ElNacional.cat: versió en català)
Ni la derecha, ni la izquierda. Ni Trocadero, como Nicolas Sarkozy, ni la Bastilla, como François Hollande. El lugar escogido por Emmanuel Macron para celebrar su victoria ha sido la explanada del Museo del Louvre. Exactamente a medio camino entre los dos lugares, en el centro, como a él le gusta. Allí se han reunido miles de sus seguidores, armados con banderas francesas y también, en menor medida, europeas.Sigue leyendo